martes, abril 13, 2004
Previa derby
El Equipo Azul, dispuesto a sentenciar la liga con un nuevo triunfo. El Equipo Blanco vela armas fortificado en El Muntanyà.
Félix Heredia, L'H.-
Ni los forofos celestes más optimistas podían haber imaginado que a estas alturas de la temporada, a mediados del mes de abril, el Equipo Azul marcharía como líder destacado de la liga de El Baix, con un confortable cojín de nueve puntos de ventaja sobre el Equipo Blanco, su más férreo rival. Pero así son las cosas, y así se está escribiendo la historia de la temporada 2003-2004. Muchos han sido los obstáculos que ha tenido que sortear el club que dirige Albert Fossas para llegar a tan dulce momento, y algunas más las que le quedan por delante antes de alcanzar la meta final. El título de liga fue el gran objetivo que señaló el mandatario celeste al acceder al cargo hace ocho meses, y no fueran pocas las burlas que tuvo que aguantar Fossas una vez verbalizadas sus ambiciones. Pero supo mantener la compostura, y sin caer en ningún tipo de mesianismo ni demagogia barata, fue tejiendo lentamente los mimbres que han llevado al Equipo Azul al Olimpo futbolístico. Hoy, los niños de Bucarest, Tucumán, Casablanca, Quito, Manila, Shangai o Dakar, por poner algunos ejemplos, se saben de memoria la alineación de su equipo favorito y lucen orgullosos la camiseta celeste que les regalaron por su cumpleaños. El Equipo Azul ha pasado del ámbito local al global con la misma velocidad que Carlinhos o MarcB sortean a sus rivales antes de empujar el balón hacia la red, y con la misma celeridad que César o Fer Nando salen contundentemente al corte para quebrar las esperanzas rivales de marcarle un gol al Equipo Azul. Ni siquiera el regreso de Edu, ausente del equipo desde marzo y que ayer volvió de México, puede considerarse noticia. El equipo funciona como una máquina, y su solvencia colectiva está muy por encima de la indudable calidad de sus individualidades. Esta tarde, el cuadro celeste se enfrenta al reto de alejar a 12 puntos a su principal perseguidor, un Equipo Blanco en horas bajas que sigue defendiendo el título que conquistó el verano pasado y que se ha concentrado en El Muntanyà, su fortín más emblemático, para sacar fuerzas de flaqueza y romper su dinámica perdedora. La suerte de sus legítimas aspiraciones dependerá del resultado de hoy.
Félix Heredia, L'H.-
Ni los forofos celestes más optimistas podían haber imaginado que a estas alturas de la temporada, a mediados del mes de abril, el Equipo Azul marcharía como líder destacado de la liga de El Baix, con un confortable cojín de nueve puntos de ventaja sobre el Equipo Blanco, su más férreo rival. Pero así son las cosas, y así se está escribiendo la historia de la temporada 2003-2004. Muchos han sido los obstáculos que ha tenido que sortear el club que dirige Albert Fossas para llegar a tan dulce momento, y algunas más las que le quedan por delante antes de alcanzar la meta final. El título de liga fue el gran objetivo que señaló el mandatario celeste al acceder al cargo hace ocho meses, y no fueran pocas las burlas que tuvo que aguantar Fossas una vez verbalizadas sus ambiciones. Pero supo mantener la compostura, y sin caer en ningún tipo de mesianismo ni demagogia barata, fue tejiendo lentamente los mimbres que han llevado al Equipo Azul al Olimpo futbolístico. Hoy, los niños de Bucarest, Tucumán, Casablanca, Quito, Manila, Shangai o Dakar, por poner algunos ejemplos, se saben de memoria la alineación de su equipo favorito y lucen orgullosos la camiseta celeste que les regalaron por su cumpleaños. El Equipo Azul ha pasado del ámbito local al global con la misma velocidad que Carlinhos o MarcB sortean a sus rivales antes de empujar el balón hacia la red, y con la misma celeridad que César o Fer Nando salen contundentemente al corte para quebrar las esperanzas rivales de marcarle un gol al Equipo Azul. Ni siquiera el regreso de Edu, ausente del equipo desde marzo y que ayer volvió de México, puede considerarse noticia. El equipo funciona como una máquina, y su solvencia colectiva está muy por encima de la indudable calidad de sus individualidades. Esta tarde, el cuadro celeste se enfrenta al reto de alejar a 12 puntos a su principal perseguidor, un Equipo Blanco en horas bajas que sigue defendiendo el título que conquistó el verano pasado y que se ha concentrado en El Muntanyà, su fortín más emblemático, para sacar fuerzas de flaqueza y romper su dinámica perdedora. La suerte de sus legítimas aspiraciones dependerá del resultado de hoy.
# posted by Eduard Conti @ 13:24 
